Las partes del todo

El transporte público resulta ser insufrible, insoportable, tedioso. Pero algo mágico puede suceder cuando evadimos la realidad y nos sumergimos en un libro.

Entonces, el tiempo ya no importa; los olores y los ruidos se desvanece; ya no exiten estaciones ni paradas; las historias se entrelazan; los personajes cobran vida y, ese viaje que comenzó pareciendo eterno, ahora nos resulta muy corto. Queremos que dure un poco más, que nos permita seguir leyendo...

Ya queda una parada. Jugamos con el señalador y casi sin ganas dejamos el libro para poder dirigirnos a destino. Pero al bajar del transporte, ya no somos los mismos. Mil historias rondan nuestros rostros, se pueden leer en nuestros ojos, en el calor de nuestras mejillas y en el movimiento de nuestros labios. Es así como los libros nos transforman.

(Patricia Belén Álvarez)

El libro contiene más de veinte ilustraciones del artista plástico Gustavo Gorgone y una ilustración especial de Ariel Bejerez.

Las partes del todo